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ATM  Articulación temporo-mandibular

La ATM, se encuentra entre el hueso temporal y la mandíbula, y es la articulación que permite los movimientos de mandíbula, haciendo que sean posibles las funciones de masticación, deglución y fonación.

 

​Dentro de la articulación se encuentra un disco que es flexible y puede adaptarse a los movimientos de las superficies articulares. El disco protege la articulación de modo que no existan zonas de excesivo rozamiento sobre el cartílago, por lo que es de vital importancia preservar su posición y dinamismo durante los movimientos.

 

La ATM es un sistema articular muy complejo. El hecho de que las dos articulaciones estén conectadas al mismo hueso (la mandíbula) complica todavía más el funcionamiento de todo el sistema masticatorio. Cada articulación puede funcionar simultáneamente por separado y, sin embargo, no del todo sin la ayuda de la otra.

 

Las superficies articulares no tienen fijación ni unión estructural. La estabilidad se mantiene gracias a la constante actividad de los músculos que traccionan desde la articulación (masetero, temporal, pterigoideo lateral y pterigoideo medial y digástrico).

 

Incluso en la situación de reposo, los músculos de la ATM se encuentran en un estado de leve contracción.

 

Patologías de la ATM

 

La disfunción más común de la mandíbula es el bruxismo. Debemos conocer otras patologías de ATM para distinguirlas del bruxismo. Las más comunes son la luxación discal y la artrosis, pero también pueden darse patologías de tipo artríticas como artritis reumatoide, artritis infecciosa o artritis degenerativa secundaria (después de un traumatismo) que suelen llevar asociado dolor, inflamación y en algunos casos fiebre.

Luxación discal anterior

La luxación discal anterior es la anteriorización del disco debido a que el tejido  retrodiscal está laxo y no es capaz de volver a su posición normal de manera autónoma, ya que es la tensión de este tejido retrodiscal la que devuelve el disco a su posición original en el cierre de la boca.

La luxación discal de la ATM, aunque no siempre, puede producir dolor o bloqueo articular, imposibilitando la correcta apertura o cierre de la mandí­bula.

Artrosis

Los síntomas son rigidez, entumecimiento, rechinar de la mandíbula y dolor leve. Otro signo es un sonido arenoso que se produce por un orificio en el disco articular, lo que hace que los huesos froten uno con otro. Se produce mayormente en personas de más de 50 años.

Bruxismo

Esta disfunción que se manifiesta con el apriete y rechinamiento de los dientes, está originada por múltiples factores, y se encuentra asociada muy frecuentemente al estrés y a las alteraciones del sueño.

Este trastorno se caracteriza por la presencia de contracturas o bandas tensas en la musculatura mandibular, generando dolor local y sensación de rigidez de la mandíbula.  Las zonas de contracturas más frecuentes son las que se encuentran en los músculos temporal, masetero y ambos pterigoideos, que se encargan de la masticación.

 

Otros síntomas muy frecuentes en pacientes que padecen bruxismo son dolores de cabeza y de cuello constantes, molestias en los músculos faciales o desgaste dental.

Las estructuras de esta articulación están muy cerca del conducto auditivo externo por lo que el dolor referido en los oídos también es bastante frecuente entre los pacientes.

El bruxismo afecta a alrededor de un 15% de la población. Puede comenzar a aparecer en la adolescencia y también puede desaparecer por sí solo en cualquier momento de la vida. Existe bruxismo en niños, ocurre durante el desarrollo de la dentición y lo normal es que desaparezca antes de que salga la dentición definitiva.

 

Causas y factores de riesgo

Causas

  • Alineación inadecuada de los dientes.

  • Alimentación inadecuada.

  • Hábitos posturales del sueño.

  • Hábitos posturales diarios derivados de la masticación.

  • Hábitos posturales diarios derivados del estrés.

Factores de riesgo

  • Estrés: El aumento de la ansiedad o el estrés, ira y frustración pueden provocar el rechinamiento de los dientes y tensión en la mandíbula.

  • Edad: El bruxismo es frecuente en los niños pequeños, pero suele desparecer en la edad adulta.

  • Tabaco y otras sustancias: Fumar tabaco, beber bebidas con cafeína o alcohol, o consumir drogas recreativas puede incrementar el riesgo de padecer bruxismo.

  • Antecedentes familiares: El bruxismo nocturno suele ser un rasgo de la familia. Si tienes bruxismo, es posible que otros miembros de tu familia también lo tengan o lo hayan tenido.

  • Otros trastornos: El bruxismo puede estar relacionado con ciertos trastornos médicos y de salud mental, como enfermedad de Parkinson, demencia, trastorno de reflujo gastroesofágico, epilepsia, terrores nocturnos, trastornos relacionados con el sueño, como apnea del sueño, y trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Tratamiento osteopático del bruxismo y de los dolores musculares derivados del mismo.

Más allá de la sintomatología directa asociada al bruxismo, podemos encontrar también consecuencias a medio plazo muy relevantes como son la afectación de los músculos que insertan o tienen origen tanto en hueso temporal como mandíbula, y de ahí a la afectación de los músculos de las cadenas relacionadas, cuello, hombro, espalda y brazo.

Antes de abordar el tratamiento osteopático se realiza una exploración física de la articulación, que incluye:

  • Palpación muscular buscando si hay dolor y buscando hipertonía.

  • Pruebas isométricas: Son pruebas dirigidas a valorar la fuerza de contracción de los músculos involucrados en los movimientos de la articulación.

  • Aperturas y cierres contra resistidos: El terapeuta realiza el movimiento en una dirección pidiendo al paciente que ejerza un empuje en dirección contraria. Se realiza para testar los músculos maseteros, temporales y pterigoideos.

  • Palpación de los cóndilos de la articulación: Nos proporciona información sobre las simetrías de movimiento y las restricciones de movilidad.

  • Otras pruebas osteopáticas para valorar la relación entre la mordida y las zonas dorsal, cervical o sacroilíaca.

Tratamiento osteopático

  • Estiramientos de los músculos acortados: Pterigoideos laterales, maseteros, digástrico y resto de músculos suprahioideos.

  • Pre-manipulaciones de apertura, anteriorización y posteriorización. Son técnicas articulares para preparar la articulación para las técnicas normalizadoras.

  • Movilización de la mandíbula y descompresión de la articulación.

  • Otras técnicas de corrección mandibular específicas, según proceda en base al diagnóstico.

  • Tratamiento osteopático de la zona cervical, dorsal y lumbar, si hemos valorado previamente que hay disfunción asociada.

  • Adicionalmente se sugiere la realización de técnicas para la relajación, dado que el estrés es una causa importante del bruxismo.

La recuperación puede llegar a ser rápida y completa, no obstante, esta dolencia puede complicarse con el tiempo si no se trata correctamente.

Es muy importante también acudir a su odontólogo al percibir los primeros síntomas, ya que el bruxismo dental puede llegar a causar lesiones dentales permanentes y problemas permanentes de la ATM. Es muy común la utilización de férulas o protectores para evitar el bruxismo dental durante el sueño. Estas férulas pueden llegar a ser muy eficaces en el tratamiento de esta disfunción.

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